La Dra. Darya Dudenko, ginecóloga especialista en fertilidad, se incorpora a Equipo Juana Crespo con el objetivo de reforzar el área del paciente internacional

Bajo el lema “Repensar el Turismo” la Organización Mundial del Turismo (OMT) quiere dar visibilidad este 27 de septiembre a un sector que, según el Barómetro del Turismo Mundial de la OMT, alcanzaron una cifra estimada de 713.000 millones de dólares en 2021, un aumento del 4% en términos reales con respecto a 2020, pero todavía un 61% por debajo de los niveles de 2019. 

Dentro de todas las actividades turísticas, la salud es un servicio cada vez más demandado en el mundo entero y España reúne las mejores condiciones para convertirse en una potencia internacional del turismo de la salud.  Los tratamientos de fertilidad y reproducción asistida son los servicios más demandados entre los turistas sanitarios procedentes de Reino Unido, Italia, Francia y Portugal.

Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), se realizaron cerca de 20.000 ciclos a mujeres procedentes de otros países , lo que la sitúa a la cabeza en turismo reproductivo.

La principal razón por la que la mayoría de las europeas viene a España a realizarse un tratamiento está la legislación y es que, más de la mitad de los países europeos prohíbe los tratamientos de RA a parejas de mujeres y, casi un tercio no incluye la maternidad en solitario, como pueden ser países como Francia o Italia.

Además, el prestigio de los especialistas, el porcentaje de éxito de los resultados y contar con un organismo fiable como la SEF (Sociedad Española de Fertilidad) son otros motivos por los que España se perfila como un país puntero y seguro para el turismo reproductivo.

La Dra. Dudenko, ginecóloga especialista en fertilidad de Equipo Juana Crespo, destaca que  España es un país líder por sus altos estándares en calidad asistencial. La formación de los profesionales sanitarios es muy exigente desde el inicio de la carrera de medicina hasta la especialidad. A pesar de que España continúa siendo uno de los países con jornadas laborales más largas teniendo implementadas la obligatoriedad de guardias médicas de 24 horas, puede conllevar a un cansancio físico extremo, suponen un esfuerzo y aprendizaje acelerado, dotando al profesional de destreza y habilidades superiores en comparación con los países de nuestro entorno”, añade.

El Reino Unido, a pesar de contar con una legislación bastante avanzada en técnicas de reproducción asistida, es uno de los principales países demandantes de servicios de fertilidad

 “El paciente de UK es diferente. De entrada, su estilo de vida es menos saludable. Predomina un elevado consumo de comida ultraprocesados y exceso de alcohol, llevando a las tasas de obesidad más altas de Europa. El impacto negativo del sobrepeso y obesidad en muchos de nuestros sistemas es bien conocido, incluyendo la funcionalidad del aparato reproductor”, señala la Dra. Dudenko. “Otros factores como menor cantidad de horas de luz solar, el burnout psicológico y físico impacta también la salud mental y refleja en la salud reproductiva”, añade.

Al igual que en España, el principal motivo de infertilidad es la edad en la mujer. La media de las mujeres de Reino Unido que vienen a España supera los 40 años, edad con la que muchas han de recurrir a la fecundación in vitro con óvulos de donantes.

A diferencia de España, este retraso en la maternidad es consecuencia de causas sociales, pero también de un sistema de salud de la mujer mucho más precario que el español en términos de control ginecológico y planificación de la vida reproductiva.

El control ginecológico de la paciente es escaso. El screening obligatorio básico que forma parte de los programas de prevención del cáncer de cuello uterino es la realización de una citología periódica que se lleva a cabo por la matrona. Una paciente sana que no presenta ninguna sintomatología no es vista por un ginecólogo en ningún momento de su vida reproductiva. Es normal y bastante frecuente realizar la primera exploración ginecológica en pacientes de más de 35 años. La detección de patología benigna se da con mucha más frecuencia en comparación con España

Así, es habitual que el diagnóstico de una causa de fertilidad sea a partir de los 36 años, edad que la sitúa ya de partida en el comienzo de su declive reproductivo. Además, las largas listas de espera para recibir un tratamiento en la NSH (el Servicio Nacional de Salud) y sus criterios tan estrictos de admisión de las pacientes, hacen que la mujer llegue a los 40 años sin haber recibido un tratamiento.

“En el NHS el primer contacto en pacientes con infertilidad lo establece el médico de cabecera “GP”. Él es el que solicita pruebas básicas y las analiza, iniciando los trámites para la unidad de RA si considera necesario. La falta de formación en fertilidad de los médicos de cabecera británicos, el exceso de burocracia y saturación para hacer las pruebas hacen que, dependiendo de la región, la lista de espera para iniciar un tratamiento pueda llegar hasta los 3 años”

España es una referencia internacional en el área de reproducción asistida no sólo por el número de tratamientos y las altas tasas de éxito, sino también porque encabeza en otras áreas tan importantes como la investigación y docencia. Los casos de mayor complejidad aumentan y con ello la capacidad de profundizar en su estudio y de resolución. A más problemas, más soluciones.