La anovulación o ausencia de ovulación es una de las causas más frecuentes de infertilidad femenina.

Se calcula que alrededor de un 35 % de las mujeres sufre algún tipo de anovulación, de manera crónica o transitoria, a lo largo de su vida fértil, lo que no siempre reduce las posibilidades de ser madre.

De hecho, anovulación y embarazo no siempre son incompatibles: dependiendo de su origen, la falta de ovulación puede corregirse adoptando unos hábitos de vida más saludables (control del peso, reducción del estrés, etc.), tomando medicación (en mujeres con ovarios poliquísticos o con problemas hormonales y de tiroides) o con una intervención quirúrgica.

Las mujeres que no ovulan y quieren quedar embarazadas también pueden recurrir a otros tratamientos de reproducción asistida.

¿Qué pasa cuando una mujer no ovula? Causas de la anovulación

Durante el ciclo menstrual normal, los ovarios de la mujer liberan un óvulo maduro.

Sin embargo, a veces el ovario es incapaz de expulsar dicho óvulo.

Esto es lo que se conoce como «ciclo anovulatorio«, es decir, un ciclo menstrual caracterizado por la ausencia de ovulación, y con ello, por la incapacidad de conseguir un embarazo durante este periodo.

Explicar qué pasa cuando una mujer no ovula es bastante complicado, ya que el origen de este trastorno puede ser muy variado.

Su diagnóstico tampoco es sencillo: es cierto que la falta de menstruación (amenorrea) y los ciclos menstruales irregulares (menos de 21 días y más de 35 días), además de la ausencia de moco cervical elástico y abundante, típico de los días fértiles, son síntomas que pueden ponernos alerta sobre este problema, aunque puede pasar desapercibido hasta el momento en que la mujer busca un embarazo.

Principales pruebas para confirmar la anovulación

  1. Hacer un test de ovulación.
  2. Realizar un análisis de sangre para medir los niveles de hormonas sexuales y que regulan el ciclo ovulatorio, especialmente la progesterona y hormona HCG. En la fase folicular (días 3–5), también se miden los niveles de hormonas estimulantes de folículos (HEF) y luteinizantes (LH), prolactina, hormonas tiroideas y estradiol.
  3. Hacer un examen pélvico y una ecografía para detectar posibles problemas fisiológicos en los ovarios.

Causas de la Anovulación

Respecto a sus causas, la OMS distingue tres tipos de anovulación:

Fallo hipotalámico-hipofisario (Falta de secreción de GnRH y gonadotropinas FSH y LH)

Este tipo de anovulación puede relacionarse con trastornos alimenticios (en un 15-30 % de los casos), con fallos en el hipotálamo y la hipófisis por ejercicio excesivo o rendimiento deportivo de alto nivel (20 % de los casos) o insuficiencia renal crónica o enfermedad hepática crónica, ya que ambas pueden alterar las hormonas sexuales.

Disfunción Hipotálamo-Hipofisiaria (Alteraciones hormonales)

Concretamente, por problemas relacionados con el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), una de las principales causas de infertilidad por anovulación (80 % de los casos) y que afecta a un 10 % de las mujeres en edad fértil y a un 20 % de las parejas con problemas de fertilidad.

Este tipo de anovulación por alteraciones hormonales también afecta a mujeres con problemas de tiroides (hiperprolatinemia, hipertiroidismo e hipotiroidismo).

Fallo ovárico

Generalmente, por fallo ovárico prematuro.

¿Puedo quedarme embarazada si sufro anovulación? ¿Existe un tratamiento para la anovulación?

Sí. Lo que pasa es que, aunque embarazo y anovulación no son incompatibles, conseguirlo puede ser más complicado.

Muchas de las mujeres que presentan anovulación o alteraciones en la ovulación pueden quedarse embarazadas, aunque tienen más dificultad de embarazo espontáneo en comparación a las parejas que no tienen ese problema.

Además, las tasas de éxito de embarazo son más bajas, ya que los ciclos ovulatorios no son constantes.

La edad avanzada también puede causar anovulación: a pesar de tener la regla, a partir de los 40 años muchas mujeres no ovulan de forma regular. A esto se suma que la calidad de sus óvulos también disminuye.

Ambos factores reducen considerablemente las posibilidades de embarazo.

La obesidad o el sobrepeso es otro factor que puede provocar alteraciones en el ciclo ovulatorio y en la menstruación. Por eso, la mayoría de especialistas recomiendan bajar de peso a las mujeres que buscan el embarazo como forma eficaz de mejorar su salud reproductiva.

Cuando la anovulación no está causada por problemas graves, suele ser suficiente con seguir hábitos más saludables (seguir una dieta sana, hacer ejercicio, controlar el peso, no consumir tabaco o alcohol, etc.) y controlar el estrés.

Tratamientos para anovulación

En mujeres con problemas de tiroides u ovario poliquístico (SOP), se administrará un tratamiento médico para conseguir ciclos ovulatorios regulares.

En otros casos, se apuesta por inducir la ovulación. Esto se consigue estimulando el crecimiento de folículos y obteniendo óvulos.

Posteriormente, se elige el método idóneo para conseguir el embarazo, generalmente, una Fecundación In Vitro.

No ovulo y quiero quedar embarazada: ¿qué debo hacer?

Lo primero que debes hacer es consultar con un especialista para que te informe sobre las opciones disponibles para ti.

Por otra parte, el tratamiento de FIV con óvulos propios o bien óvulos de donantes es una de las técnicas de reproducción asistida que ofrece mejores resultados a las mujeres con anovulación crónica, es decir, aquellas que presentan una ausencia de ovulación repetida.

Equipo Juana Crespo tiene una de las mejores tasas de éxito en Europa con esta técnica gracias a la calidad de sus programas de donación de óvulos y a la preparación endometrial personalizada de sus pacientes.

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