«No creo que nadie sepa lo que siento cuando ves a gente mayor, de tu edad o más, que se quedan embarazadas y tú no puedes, no hay forma. La única solución que me dan es comenzar un tratamiento con óvulos de donante. Sin embargo, sé que tengo un enorme recuento ovárico, lo sé seguro porque me hicieron los análisis hace unos meses».

Hemos decidido comenzar este artículo con el testimonio real de una mujer de 40 años para ejemplificar uno de los problemas más habituales que tratamos a diario.

Este tipo de experiencias no son extrañas ni aisladas, y generan muchas dudas en mujeres que desean ser madres y no lo consiguen.

De hecho, gran parte de las consultas que recibimos en nuestra clínica están relacionadas con las dificultades de conseguir un embarazo cuando la mujer llega a cierta edad y/o sus óvulos son de mala calidad.

Por eso, hemos decidido dedicar este espacio para hablar de la calidad ovular.

Cantidad vs. Calidad: ¿es lo mismo tener pocos óvulos que tener óvulos de mala calidad?

Como ya hemos explicado en otros artículos de nuestro blog, la cantidad y calidad son parámetros que no siempre se corresponden, y mucho menos cuando hablamos de fertilidad, óvulos u ovocitos.

Las mujeres nacemos con un número de ovocitos que es finito, es decir, que es limitado.

Durante el periodo fértil, desde la primera menstruación, estos óvulos se van «consumiendo» inexorablemente hasta la menopausia.

La cantidad de óvulos que tiene una mujer es su «reserva ovárica», y puede medirse gracias al análisis de la hormona antimülleriana, junto con otras pruebas como la cantidad de FSH y estradiol en sangre, o el recuento de folículos antrales, que es método más utilizado en la actualidad.

Dicho recuento se realiza mediante ecografía, durante los primeros días del ciclo menstrual.

Sin embargo, incluso teniendo una buena reserva ovárica (entre 9 y 15 folículos en el momento del recuento), a veces los ovocitos están «vacíos», no se desarrollan con normalidad o tienen alguna anomalía en su estructura de ADN.

Por lo tanto, hay mujeres que pueden tener pocos óvulos pero de calidad, y mujeres con una reserva ovárica “normal” pero con óvulos de mala calidad.

👉 Descubre: ¿Puedo ser madre con baja reserva ovárica?

¿Por qué mis óvulos son de mala calidad?

Esta es una pregunta muy habitual que se hacen nuestras pacientes.

La mala calidad ovocitaria es uno de los factores que más afecta a la fertilidad y casi siempre tiene un origen identificable.

La principal causa de una baja calidad ovular es la edad: a partir de los 35 años, el sistema de división celular para la formación del óvulo puede tener errores que conllevan problemas cromosómicos y dificultades para que sea fecundado o para que el embrión se implante y se desarrolle con normalidad.

Otras causas de la mala calidad ovocitaria son:

  • Defectos genéticos. Por ejemplo, algunas mutaciones en los genes codifican las proteínas de la capa externa del óvulo (zona pelúcida), haciéndola más rígida y difícil de fecundar o más débil e incapaz de sustentar al embrión.
  • Endometriosis. La liberación de sustancias inflamatorias de las mujeres que sufren esta enfermedad puede alterar el desarrollo normal de los ovocitos.
  • Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP). Aunque no ocurre en todos los casos, el desequilibrio hormonal producido en el ovario como consecuencia de una disminución de los estrógenos y un aumento de los andrógenos puede empeorar la calidad de los óvulos.
  • Hiperprolactinemia. El aumento de los niveles de prolactina se relaciona con ovulaciones regulares que, a su vez, afectan negativamente a la calidad de los óvulos.
  • Tabaquismo, consumo de alcohol o dieta poco saludable. El tabaco, el alcohol y el consumo de alimentos poco saludables (por ejemplo, ultraprocesados) genera un estrés oxidativo que incrementa el “envejecimiento celular” y hace que los óvulos tengan menos calidad.
  • Obesidad. Las mujeres con obesidad pueden sufrir alteraciones en la producción de folículos debido a una mayor presencia de triglicéridos, glucosa e insulina en su sangre, algo que generalmente se traduce en peores óvulos.
  • Tratamientos oncológicos y/o de radioterapia que pueden afectar al desarrollo normal de los folículos. Por eso, en estos casos, los especialistas aconsejan a las pacientes congelar sus óvulos antes de comenzar el tratamiento.

¿Cómo afecta una mala calidad ovocitaria a los ciclos FIV?

Además de dificultar el embarazo natural, los óvulos de mala calidad también ponen en riesgo los tratamientos FIV por varios motivos.

Para empezar, los óvulos de mala calidad pueden no responder adecuadamente a la estimulación ovárica o presentar dificultades en la fecundación, por lo que conseguiremos menos embriones de los esperados por ciclo.

Los ovocitos con calidad baja también generan embriones con mayores dificultades para desarrollarse, sobre todo en los primeros días tras la fecundación, y tienen tasas de implantación más bajas.

Por eso, una mala calidad ovocitaria suele relacionarse con mayor riesgo de abortos de repetición.

¿Cómo puedo saber si mis óvulos son de mala calidad?

El término calidad ovular se utiliza para determinar si los óvulos de una mujer tienen las características morfológicas y la dotación cromosómica adecuadas para dar lugar a una gestación.

Actualmente, no existe ninguna analítica que nos indique qué folículos de una mujer, independientemente de su reserva ovárica, tienen mayor o menor calidad.

Aun así, existen algunos indicadores que pueden ayudarnos.

  • El recuento de folículos antrales o unos niveles de FSH o estradiol en sangre bajos determinan que la reserva ovárica de la paciente es baja, aunque no es elemento definitivo sobre la calidad de sus ovocitos.
  • Los factores ginecológicos (edad, factores ambientales, reserva ovárica) o haber sufrido abortos anteriores también pueden ser de gran ayuda.

En todo caso, la única manera de comprobar si los óvulos de una mujer tienen la capacidad de generar embriones de calidad es realizar un ciclo FIV: una vez extraídos los ovocitos tras la estimulación, se analizan bajo el microscopio para comparar su forma y su citoplasma con los estándares de lo que se considera un óvulo “normal” o “sano”, y se valoran posibles alteraciones morfológicas.

Cómo conseguir un embarazo con óvulos de mala calidad

En Equipo Juana Crespo diferenciamos entre las pacientes que tienen óvulos de mala calidad y las que tienen una reserva ovárica baja, y aplicamos abordajes completamente diferentes.

Nuestra estrategia siempre pasa por una personalización del tratamiento.

Para ello, realizamos una preparación de los folículos antrales prescribiendo un tratamiento con andrógenos que complementamos con antioxidantes específicos, con coenzimas o con dietas détox, dependiendo de cada caso.

Finalmente, ajustamos la estimulación para obtener el ciclo óptimo en el que haremos la extracción con el objetivo de obtener el ovocito de mayor calidad y con mayores posibilidades de fecundación, implantación y desarrollo.

En Equipo Juana Crespo también hemos desarrollado el tratamiento Revitalize, un tratamiento que combina diferentes técnicas para mejorar la funcionalidad de los ovarios y que está especialmente indicado para mujeres con mala calidad ovular.

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