Alrededor de un 5 % de la población femenina padece alguna malformación uterina debido a problemas genéticos (hereditarios o no), infecciones intrauterinas durante el embarazo o exposiciones a radiaciones durante el desarrollo embrionario.

La mayoría de estas malformaciones pueden afectar a la capacidad para concebir o dar a luz, aunque algunas de ellas pueden corregirse con cirugía.

Antes de explicarte qué tipos de úteros patológicos podemos tratar mediante intervención quirúrgica, te contamos más sobre el útero y su papel durante la gestación.

Función y capas del útero

Como probablemente ya sabes, la función del útero como parte esencial del sistema reproductor femenino, es ofrecer al embrión las condiciones y el entorno adecuados para su desarrollo.

A nivel fisiológico, el útero es un órgano muscular hueco, con forma de triángulo invertido y localizado en la cavidad pélvica (delante del recto y detrás de la vejiga).

Las paredes que conforman la estructura del útero están formadas por tres capas:

  • El endometrio o capa interna.

De su receptividad (composición, grosor, uniformidad…) dependerá que el embrión pueda anidar y continuar con su desarrollo, una vez realizada la transferencia embrionaria.

Esta capa irá variando a lo largo del ciclo menstrual y, cuando no se produce el embarazo, esta se descama y es expulsada en forma de menstruación.

  • El miometrio o capa intermedia de la pared uterina (situada entre el perimetrio y el endometrio).

Es la parte más gruesa y está formada por tejido muscular que se irá expandiendo durante el embarazo para que la cavidad uterina pueda albergar al bebé.

Durante el parto, la función del miometrio será clave; pues es mediante la contracción y expansión de este músculo que la madre podrá dar a luz al bebé expulsándolo través de la vagina (en caso de tratarse de un parto natural).

  • El perimetrio o capa externa.

También denominada “serosa”. Se trata de una fina capa de tejido que facilita el contacto del útero con el resto de órganos que lo rodean.

perimetrio

Partes del útero

Por otro lado, las tres partes en que se divide este órgano reproductor son:

  • El cuerpo.

La parte más amplia y donde se lleva a cabo el desarrollo del embrión.

Su parte superior, con forma de pera, conforma el fondo uterino, a cuyos lados se abren las trompas de Falopio

  • El cuello o cérvix.

La parte más estrecha e inferior del útero.

Puede definirse como una estructura firme y lisa pero, al mismo tiempo, redondeada. Está insertada en la vagina y es por esta abertura por donde se expulsan las secreciones de la menstruación (células endometriales).

  • El istmo.

La pequeña base con forma circular que une las dos partes ya mencionadas: el cuerpo y el cuello del útero.

Malformaciones uterinas y cirugías reparadoras

Según la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) existen 7 grupos principales de útero. Cada uno de ellos, además, recoge diferentes subtipos que puedes conocer en el artículo: “Tipos de malformaciones uterinas: clasificación y principales características”.

Sin embargo, no todos los úteros pueden ser tratados quirúrgicamente a nivel reproductivo.

La principal función de las intervenciones uterinas en cirugía reproductiva será reparar el órgano para devolverle la fertilidad. De esa forma, en la mayor parte de los casos, la mujer podrá tener hijos mediante un tratamiento de reproducción asistida o, incluso, en determinadas ocasiones, de forma natural.

No obstante, cuando hablamos de malformaciones uterinas, a pesar de los numerosos avances que se producen cada año en medicina reproductiva, existen úteros con una morfología tan alejada de lo que en ginecología consideramos “normal”, que ni siquiera mediante cirugía podremos proporcionarles la capacidad de llevar un embarazo a término.

Los úteros que todavía no podemos tratar mediante cirugía reproductiva son:

  • Útero infantil
  • Útero bicorne o bicorporal
  • Útero unicorne o hemiútero
  • Útero displásico o aplásico

tipos de útero

La nota positiva es que estos tipos de úteros apenas representan el 15% de las malformaciones uterinas. El porcentaje restante sí podemos tratarlo quirúrgicamente mediante intervenciones mínimamente invasivas.

Este 85% de las malformaciones estaría compuesto por:

  • Útero en T
  • Útero septo parcial
  • Útero septo completo

Tipos de cirugías reparadoras de la fertilidad

En primer lugar, el útero en T se caracteriza porque, aunque a nivel externo tiene una forma y tamaño similar a un útero normal, internamente es mucho más pequeño. Su nombre se debe precisamente a la morfología que presenta su cavidad interna.

Una de las principales anomalías de este tipo de útero es que sus paredes son mucho más gruesas de lo habitual.

En este tipo de casos, nuestro equipo de cirujanos optará por la eliminación del excedente de tejido existente en las paredes laterales del útero. De este modo, mediante histeroscopia, ampliaremos la cavidad interna, dándole una forma de triángulo invertido similar a un útero normal.

histeroscopia

Por otro lado, los úteros septo parcial y septo completo se caracterizan porque, aunque ambos tienen nuevamente una estructura externa convencional, la parte interior tiene una pared o tabique central. Dicho tabique crece desde el fondo del útero (parte superior) dividiendo la cavidad uterina en dos partes.

La intervención que normalmente realizaremos para reparar este tipo de malformaciones tendrá un enfoque similar al del útero en T. Es decir, el objetivo también será eliminar mediante histeroscopia el excedente de tejido.

Sin embargo, la diferencia entre ambas cirugías radica en que, en este último caso, el tejido a eliminar será el de la pared central. De esta forma, conseguiremos crear una cavidad uterina con una forma y tamaño normales.

eliminación de tejido uterino

Somos especialistas en fertilidad

Las malformaciones uterinas y los diferentes tipos de útero asociados a ellas pueden influir negativamente en la fertilidad femenina, impidiendo el embarazo.

El principal problema es que, en la mayoría de los casos, las mujeres desconocemos por completo que sufrimos esta patología. Este hecho sucede porque muchas de las malformaciones que hemos mencionado pueden no tener ningún efecto secundario evidente hasta el momento de buscar el embarazo. Será entonces cuando la infertilidad se manifieste y necesitemos de la ayuda de una ginecóloga experta en el diagnóstico de patologías uterinas.

En Equipo Juana Crespo somos especialistas en la detección de las causas de la infertilidad pues, como habitualmente decimos, la infertilidad siempre tiene un motivo. Algunas pruebas como la ecografía, la histerosalpingografía y la histeroscopia diagnóstica nos permiten detectar malformaciones en el útero dependiendo de la anomalía particular y del historial reproductivo de cada mujer.

Si tienes preguntas sobre tu caso particular y deseas más información ¡no dudes en contactar con nosotros!