La insuficiencia ovárica prematura (también llamada insuficiencia ovárica precoz o IOP) es una reducción o un cese total de la función de los ovarios antes de los 40 años.

En un 90% de los casos, su origen es desconocido, aunque a veces se vincula con factores genéticos o anomalías cromosómicas (síndrome de Turner, Síndrome X-frágil, etc.).

A continuación veremos otras causas por las que se puede presentar la insuficiencia ovárica prematura, sus síntomas y tratamiento.

Causas de la insuficiencia ovárica prematura

Otras causas de la insuficiencia ovárica precoz pueden ser:

  • Endometriosis. La endometriosis es una enfermedad que puede disminuir la reserva ovárica hasta incluso poder provocar un fallo ovárico prematuro.
  • Predisposición genética: las hijas de madres con menopausia precoz tienden a tener con más frecuencia una IOP.
  • Trastornos autoinmunitarios que alteran la función normal de los ovarios (como el hipotiroidismo, el lupus eritematoso, la artritis reumatoide, la enfermedad de Addison, etc.).
  • Exposición a tóxicos (por ejemplo, tratamientos oncológicos como la quimioterapia y la radioterapia).
  • Infecciones (causadas por herpes Zóster o citomegalovirus).
  • Algunas cirugías ginecológicas (por ejemplo, la que se realiza para tratar la endometriosis o para tratar algún quiste de ovario).

Síntomas y factores de riesgo de la insuficiencia ovárica prematura

Los síntomas de la insuficiencia ovárica prematura apenas se diferencian de los que presenta cualquier mujer cuando llega la menopausia porque, en su mayoría, se relacionan con una disminución del nivel de estrógenos en sangre y un aumento de la hormona folículo estimulante.

Entre estos síntomas genéricos, podemos enumerar:

  • Ausencia de menstruación (amenorrea) o reglas irregulares.
  • Sudores nocturnos.
  • Sequedad vaginal.
  • Sofocos.
  • Problemas para conciliar el sueño.
  • Insomnio.
  • Irritabilidad.
  • Problemas de concentración.
  • Falta de deseo sexual.

Los cambios hormonales asociados a la disminución de la actividad de los ovarios también pueden vincularse, ocasionalmente, con otro tipo de dolencias, como síndrome del ojo seco (que puede causar irritación y visión borrosa), cardiopatías (la pérdida temprana de estrógenos puede relacionarse con un aumento del riesgo de eventos cardiovasculares, como infartos) y osteoporosis (los estrógenos ayudan a mantener los huesos fuertes y, ante una reducción de esta hormona, la masa ósea puede debilitarse aumentando la probabilidad de sufrir roturas de huesos).

Por otra parte, la ausencia repentina e inesperada de la menstruación en las mujeres más jóvenes puede afectar a su estado de ánimo, ocasionando cuadros de ansiedad y depresión que deben ser tratados por un especialista.

Aunque no son concluyentes, algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir insuficiencia ovárica prematura son:

  • Edad. Este tipo de patología es más habitual a partir de los 35 años.
  • Antecedentes. El riesgo de tener IOP es más elevado en mujeres que tienen antecedentes familiares.
  • Enfermedades. La insuficiencia ovárica es más común en mujeres con enfermedades que afectan al aparato reproductivo, como la endometriosis.

Pruebas para diagnosticar insuficiencia ovárica

Ante la ausencia de menstruación o de reglas irregulares, la primera recomendación es acudir al ginecólogo.

Una exploración física con este especialista, incluyendo una ecografía vaginal, será fundamental para analizar tu ciclo menstrual y el estado de tus ovarios.

Sin embargo, el método más eficaz para diagnosticar la insuficiencia ovárica es un análisis para valorar los niveles de las hormonas FSH, prolactina y estradiol en sangre.

Normalmente, unos niveles bajos de estradiol y unas gonadotropinas por encima de los 40 mIU/mL se consideran evidencia de insuficiencia ovárica, aunque normalmente la prueba se repite para confirmar resultados.

¿Existe tratamiento para la IOP?

La insuficiencia ovárica prematura en mujeres jóvenes afecta tanto a su estado físico como a su salud mental, y normalmente requiere un tratamiento multidisciplinar.

Una de las opciones más habituales para aliviar síntomas como la sudoración o la sequedad vaginal es la terapia hormonal sustitutiva mediante píldoras o parches de estrógenos y progesterona.

Esta última es fundamental en mujeres que tienen útero, ya que la progesterona protege el endometrio ante la aparición de células pre cancerosas.

El tratamiento de la insuficiencia ovárica también incluye ingerir una cantidad adecuada de calcio y vitamina D para prevenir la osteoporosis (suele recomendarse hacer algunos cambios en la dieta y tomar suplementos alimenticios), realizar ejercicio físico y controlar el peso para reducir el riesgo de episodios cardiovasculares.

Insuficiencia ovárica y embarazo ¿Cómo afecta?

El deseo de tener un hijo puede ser determinante en la salud mental de mujeres en edad reproductiva que se enfrentan de manera inesperada a una patología como esta.

Y es que, la insuficiencia ovárica prematura condiciona la fertilidad de la mujer, siendo un problema que preocupa a muchas pacientes que visitan nuestra clínica.

La ausencia de ovulación y los bajos niveles de estrógenos hacen que muchas mujeres con IOP no consigan quedarse embarazadas o que no respondan a una estimulación ovárica.

En todo caso, y aunque no hay ningún tratamiento que recupere totalmente la fertilidad, es cierto que con las técnicas de reproducción asistida adecuadas algunas de estas pacientes pueden conseguir un embarazo.

Esto sucede porque, en algunos casos, la alteración de la función ovárica no es permanente, sino intermitente, y al menos uno de sus ovarios presenta cierta actividad.

Estas mujeres pueden ovular espontáneamente y quedarse embarazadas.

Por otra parte, algunas mujeres con insuficiencia ovárica prematura entre 30 y 40 años pueden llegar a conseguir buenos embriones mediante una FIV con óvulos propios si la insuficiencia ovárica es transitoria, su reserva ovárica alta y su prueba de cariotipo normal (es decir, si no hay alteraciones genéticas ni cromosómicas).

En otros casos, los expertos recomendarán recurrir a otras técnicas que ofrecen muy buenos resultados, como la ovodonación: es decir, utilizar el óvulo de una donante y fecundarlo mediante la técnica ICSI.

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Apostar por un tratamiento de reproducción asistida personalizado siempre es fundamental para conseguir un embarazo, pero es especialmente importante en mujeres con insuficiencia ovárica prematura o con baja reserva ovárica.

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