Cada 19 de octubre se celebra el Día Internacional del Cáncer de Mama. Esta fecha, de carácter divulgativo, tiene como objetivo mejorar el entendimiento de los factores de riesgo de este tipo cáncer y sensibilizar a la población para promover controles diagnósticos precoces y tratamientos más efectivos para combatir esta enfermedad.

Además, durante todo el mes de octubre, diferentes profesionales de la salud, colectivos y asociaciones, conscientes de la importancia de la concienciación, la educación y la investigación, organizan charlas, jornadas, conferencias y actividades deportivas y de ocio (carreras solidarias, cenas, subastas, etc.) con el objetivo de recaudar fondos que se destinarán a la investigación en cáncer de mama.

Pero, ¿por qué es necesario dedicar una fecha y un mes a concienciar sobre el cáncer de mama?

El cáncer más común entre la población femenina

El cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres occidentales. A nivel mundial, se trata del segundo tipo más común, con 1,7 millones de nuevos casos anuales, lo que representa el 16% de todos los tumores femeninos diagnosticados a nivel global.

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, en 2019 se diagnosticaron en nuestro país más de 30.000 nuevos casos, y se estima que 1 de cada 8 mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida.

Por suerte, y gracias a los avances médicos, el cáncer de mama es también uno de los que mayor tasa de supervivencia a 5 años presenta: más del 90%. Esto significa que más de 90 de cada 100 personas con cáncer de mama continúan vivas 5 años después de haber sido diagnosticadas. A principios de los años 80 del siglo pasado, esta tasa era inferior al 70%.

Además, los estudios realizados en los últimos años han confirmado que el cáncer de mama no es heterogéneo, sino que existen distintos subtipos biológicos que requieren tratamientos específicos y personalizados.

Por este motivo, en los últimos se han desarrollado nuevas terapias y fármacos más selectivos y menos tóxicos que, junto con los tratamientos de quimioterapia y hormonoterapia, permiten incrementar de manera significativa, la supervivencia y la calidad de vida de las personas que sufren esta enfermedad.

Aun así, según la Sociedad Española Oncológica Médica (SEOM), en 2017 murieron 6.573 mujeres por cáncer de mama metastásico, lo que pone de manifiesto la necesidad del Día Internacional del Cáncer de Mama para informar a la población y detectar tumores de manera precoz.

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La detección precoz, fundamental para abordar el cáncer de mama

Hoy en día, muchos hospitales y clínicas cuentan con una unidad especializada en el diagnóstico precoz del cáncer de mama y disponen de la tecnología más avanzada para realizar las pruebas con precisión y rapidez.

La técnica más eficaz para detectar el cáncer de mama en sus fases iniciales es la mamografía, que, según la OMS, reduce la mortalidad por este tumor hasta en un 30% en mujeres mayores de 50 años.

La recomendación es realizar mamografías anuales a partir de los 40 años, aunque si existen factores de riesgo o antecedentes familiares, el control debe iniciarse a edades más tempranas.

Las revisiones ginecológicas también son fundamentales para identificar los factores de riesgo o detectar de manera precoz tanto el cáncer de mama como otros tumores de origen ginecológico como el cáncer de ovario.

Además de recomendar una mamografía, durante las revisiones, el/la ginecólogo/a ot realizará una exploración mamaria y te enseñará a autoexplorarte, un hábito que puede ayudarte a detectar pequeños bultos o cambios en la mama.

Autoexploración de mamas en cinco sencillos pasos

Los primeros signos de cáncer de mama pueden ser un bulto en un seno, un seno o una axila dolorosa, o una secreción del pezón.

El cambio de tamaño, las irregularidades en el contorno de la mama, la baja movilidad de la mama al levantar el brazo, la aparición de úlceras o el hundimiento del pezón son otros síntomas que pueden ponerte alerta.

Los pasos básicos que debes seguir para autoexplorar tus mamas son:

  1. Ponte frente al espejo con los hombros rectos y los brazos junto a la cadera. Mírate las mamas para detectar posibles alteraciones como formas irregulares, deformaciones, inflamaciones o enrojecimientos.
  2. Levanta los brazos y fíjate para observar estas mismas alteraciones.
  3. Nuevamente frente al espejo, presiona ligeramente el pezón y fíjate si sale algún tipo de líquido o secreción de uno o ambos pezones.
  4. Acuéstate y pálpate las mamas con las manos invertidas (es decir, con la mano derecha la mama izquierda, y viceversa). Utiliza un tacto firme y pausado con las yemas de los dedos, manteniendo los dedos rectos y juntos. El movimiento debe ser circular, de arriba a abajo, y fijando un patrón para asegurarte de cubrir la mama entera.
  5. También puedes palparte las mamas estando de pie o sentada. Para muchas mujeres, la forma más práctica de hacerlo es durante la ducha, cuando la piel está mojada y resbaladiza

Por último, recuerda que el riesgo de sufrir cáncer de mama también se vincula con la edad y con los antecedentes familiares, y que los hábitos de vida saludable pueden ayudar a reducir su incidencia. Llevar una alimentación sana y equilibrada, evitar el sobrepeso y la obesidad, limitar el consumo de alcohol y tabaco, realizar deporte y evitar la terapia hormonal sustitutiva en la menopausia pueden ser clave para prevenir la aparición del cáncer de mama.

Preservación de la fertilidad en mujeres con cáncer de mama

Afortunadamente, hoy en día el cáncer de mama es uno de los tumores con mayor tasa de supervivencia.

Sin embargo, cuando el diagnóstico llega en el periodo fértil de la mujer, su capacidad para tener hijos puede verse comprometida. El motivo es que algunos tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia se asocian con una disminución de la calidad y la cantidad de los óvulos y con fallo ovárico prematuro.

Por eso, conviene que las mujeres que van a someterse a un tratamiento oncológico valoren previamente algunas opciones para preservar su fertilidad como las que ofrecemos en Equipo Juana Crespo, donde contamos con una unidad de ginecología oncológica liderada por el Dr. Lucas Minig.

Actualmente, una de las opciones más recomendadas para mujeres que desean preservar sus óvulos es la vitrificación de los óvulos o embriones. Este proceso garantiza la calidad de sus gametos, que podrán ser utilizados en futuros tratamientos FIV. En ambos casos, y una vez superada la enfermedad, juntos podremos cumplir su sueño de ser madre.

Si te encuentras en esta situación y necesitas asesoramiento, contáctanos y te orientaremos personalmente.