El retraso del crecimiento intrauterino, también denominado «crecimiento intrauterino restringido» o RCIU, hace referencia a un crecimiento deficiente del feto cuando se encuentra en el útero materno.

Esto quiere decir que no crece a la velocidad que debería durante el embarazo. Por lo tanto, es posible que al nacer el bebé tenga un peso bajo, un tamaño simétricamente inferior o una cabeza «normal» pero un cuerpo más pequeño.

Se considera que un feto tiene retraso del crecimiento intrauterino cuando pesa menos del 90 % en comparación con otros de la misma edad gestacional.

El problema de esta condición es que no da ningún síntoma a la madre, quien solo puede sospechar que tiene una barriga pequeña para sus semanas de embarazo.

Causas de retraso del crecimiento intrauterino

El retraso del crecimiento intrauterino puede tener diferentes causas.

La más habitual es un mal funcionamiento de la placenta, que es la estructura del organismo encargada de transportar los nutrientes y el oxígeno al feto durante la gestación.

Algunos problemas que pueden afectar negativamente a la salud de la placenta son la edad de la madre (especialmente a partir de los 40 años), la rotura del saco amniótico antes del parto, la presión arterial alta, el embarazo múltiple o los problemas de coagulación sanguínea.

Haber tenido alguna cirugía previa en el útero, el consumo de sustancias como el tabaco o el alcohol durante la gestación y los traumatismos abdominales (por caídas, accidentes o golpes) también pueden provocar problemas en la placenta que, a su vez, hacen que el feto no se desarrolle con normalidad.

El retraso del crecimiento intrauterino también puede estar causado por:

  • Exposición de la madre a grandes altitudes.
  • Detección de problemas cromosómicos o anomalías genéticas en el feto.
  • Contracción de infecciones durante el embarazo como citomegalovirus, rubéola, sífilis y toxoplasmosis.
  • Presencia de enfermedades del corazón, enfermedades renales y/o desnutrición materna durante la gestación.

Otros problemas que influyen negativamente en el crecimiento intrauterino

Existen otros factores que influyen negativamente en el crecimiento intrauterino del bebé y que están relacionadas con el mal funcionamiento de la placenta son:

  • Desprendimiento de la placenta. Si la placenta se desprende de la pared interna del útero antes del parto, puede quitarle oxígeno y nutrientes al bebé. En los casos más graves, este desprendimiento puede causar un parto prematuro.
  • Placenta previa. Se llama así a la condición que se da cuando la placenta cubre parcial o totalmente el cuello del útero (la salida del útero). Este problema suele presentarse al principio del embarazo, y puede corregirse a lo largo del mismo.
  • Placenta adherida. Esto ocurre cuando, durante el parto, una parte de la placenta, en lugar de desprenderse, queda adherida a la pared del útero. La placenta adherida puede causar complicaciones para la madre, como hemorragias.
  • Placenta retenida. Normalmente, si la placenta no se expulsa hasta 30 minutos después del parto, es porque se ha quedado retenida en el cuello del útero o porque está adherida a la pared del mismo. Esta condición debe tratarse para evitar posibles infecciones y hemorragias potencialmente graves.

¿Cuáles son las consecuencias del retraso del crecimiento intrauterino?

Un retraso en el crecimiento intrauterino tiene consecuencias directas en el bebé, tanto en el momento de nacer como en su futuro desarrollo.

A corto plazo, puede asociarse con un mayor riesgo de morbilidad-mortalidad neonatal.

A largo plazo, con una mayor incidencia en patologías crónicas de la vida adulta, como diabetes, enfermedad renal, hipertensión o enfermedad coronaria.

Por otra parte, algunos estudios demuestran que los neonatos con retraso del crecimiento intrauterino presentan diferencias en su desarrollo psicomotor, aunque el grado de retraso es leve.

Estas diferencias pueden mantenerse hasta los dos años de edad.

¿Qué hacer si tengo retraso del crecimiento intrauterino? Tratamiento

Es muy difícil, prácticamente imposible, que una embarazada se percate de un retraso en el crecimiento intrauterino de su bebé. La señal de alerta suele venir por parte de los ginecólogos durante las revisiones, generalmente tras realizar un ultrasonido o tras analizar si se padece alguna patología uterina.

Existen tres tipos de retraso del crecimiento intrauterino:

  • RCIU tipo I (simétrico). Se detecta en las primeras 16 semanas de gestación, y provoca un crecimiento simétrico de la cabeza, el abdomen y los huesos largos.
  • RCIU tipo II (asimétrico). Tiene lugar a partir de las 32 semanas, y se caracteriza por un crecimiento desproporcionado entre la cabeza y los huesos largos/abdomen del bebé.
  • RCIU tipo III (mixto). Ocurre entre las 17 y las 32 semanas de gestación. Las consecuencias para el bebé dependen de múltiples factores.

En líneas generales, el tratamiento para la restricción del crecimiento intrauterino incluye controlar cualquier enfermedad que padezca la madre y asegurarse de que lleva una dieta saludable para garantizar la ganancia adecuada de peso del feto.

Además, las embarazadas con esta condición requieren un seguimiento más exhaustivo. De hecho, a partir de su diagnóstico, se le harán ultrasonidos regulares para medir el crecimiento, los movimientos, la circulación y el líquido alrededor del bebé.

También se le practicará una cardiotocografía para determinar si conviene recomendar reposo o adelantar el parto, aunque la recomendación es mantener al feto dentro del vientre materno durante el máximo tiempo posible.

Si este deja de crecer, puede ser recomendable evitar el parto vaginal y optar directamente por una cesárea.

¿Por qué es importante prevenir el retraso del crecimiento intrauterino?

El retardo de crecimiento intrauterino tiene muchas consecuencias en la salud individual y poblacional, y puede considerarse un tema de salud pública.

Y es que, no podemos olvidar que esta condición aumenta la incidencia de enfermedades crónicas como diabetes, problemas renales y riesgo cardiovascular.

Además, el retraso del crecimiento intrauterino aumenta las probabilidades de que el bebé muera dentro del útero materno, antes de nacer.

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Algunos consejos para evitar la aparición de este problema en el embarazo son:

    • Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
    • Realizar una visita preconcepcional antes de quedarte embarazada.
    • Llevar una dieta sana y equilibrada. ¡Descubre los mejores alimentos para la fertilidad!
    • Controlar cualquier enfermedad crónica.
    • Asistir regularmente a las visitas prenatales.