Los ovarios son los órganos encargados de producir los óvulos y, por lo tanto, resultan esenciales para la reproducción. Sin embargo, cuando se ven afectados por una enfermedad como el cáncer, su funcionalidad y capacidad puede verse mermada, poniendo en riesgo la fertilidad de la mujer.

Pero, ¿es posible conseguir un embarazo después de un cáncer de ovario? ¿Qué opciones existen? ¿Con cáncer de ovario se puede tener hijos?

El cáncer de ovario, en cifras

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) define el cáncer de ovario como una situación en la que las células que constituyen y forman el ovario comienzan a crecer de manera descontrolada y se propagan invadiendo y destruyendo tejidos sanos del cuerpo.

Este término también engloba aquellos tumores que se producen en las trompas de Falopio y en el peritoneo.

Según datos del Observatorio de la AECC, en 2020 se diagnosticaron en España 3.543 casos nuevos de cáncer de ovario, y 1.993 mujeres fallecieron a causa de esta enfermedad en nuestro país.

En este sentido, y a pesar de representar apenas el 3% de todos los tumores femeninos, el cáncer de ovario es actualmente cuarta causa de muerte por cáncer en la mujer, tras el cáncer de pulmón, mama y colon, y la primera causa de mortalidad por cáncer ginecológico.

Esta elevada mortalidad se debe, fundamentalmente, a dos cuestiones: el diagnóstico tardío debido a sus síntomas inespecíficos (en un 70-80% de los casos la enfermedad se diagnostica en una etapa avanzada) y la ausencia de un método eficaz de diagnóstico precoz.

Respecto a la prevalencia por edades, el cáncer de ovario es más frecuente en mujeres postmenopáusicas, pues tiene una máxima incidencia entre los 50 y 75 años.

Aun así, algunos tipos de tumores, especialmente aquellos de origen genético (alrededor del 20% de los cánceres de ovario son hereditarios y están asociados a mutaciones de los genes BRCA 1 y BRCA 2), o los tumores no epiteliales, pueden aparecer en mujeres jóvenes, comprometiendo su fertilidad.

Tratamiento del cáncer de ovario: ¿cuáles son sus consecuencias en la fertilidad?

Los tratamientos del cáncer de ovario incluyen cirugía y quimioterapia. En el primer caso, el objetivo es extirpar el tejido tumoral por medio de una operación. En el segundo, se administran medicamentos por vía intravenosa para reducir la posibilidad de que el tumor vuelva a reproducirse.

Cuando el cáncer de ovario se presenta en pacientes jóvenes que aún no han tenido descendencia (casi el 12% se presentan en mujeres menores de 44 años) y se detecta en un estadio temprano, normalmente se plantea la realización de una cirugía conservadora.

Es decir, que se optará por extraer el o los ovarios afectados (si ambos están afectados) o una parte del ovario (quistectomía) dejando intacto el útero, de manera que la mujer pueda quedarse embarazada de manera natural. Mientras que cuando la paciente tiene tejido ovárico puede usar sus propios embriones/óvulos congelados; cuando se deben extirpar ambos ovarios, las pacientes pueden ser madres utilizando óvulos de una donante (ovodonación).

Cáncer de ovario si la paciente no desea concebir

En casos más graves o cuando la paciente no desea conservar su capacidad de concebir, se valorará la opción de extraer los dos ovarios y el útero o por realizar una cirugía para el cáncer avanzado que implica un tratamiento de quimioterapia previo y posterior a la operación. En cualquier caso, es fundamental la valoración por un equipo multidisciplinar liderados por ginecólogos oncólogos

En el caso de la quimioterapia, uno de los principales efectos secundarios de una medicación tan agresiva son los cambios hormonales, que pueden provocar la ausencia de la menstruación de forma temporal o permanente, y la disminución de la cantidad y calidad de los óvulos. Esto, a su vez, puede suponer problemas de fertilidad en el futuro o fallos ováricos prematuros.

Por eso, al recibir el diagnóstico y antes de recibir un tratamiento para el cáncer de ovario, conviene plantearse todas las opciones para preservar la capacidad reproductiva de forma que, una vez superada la enfermedad, se pueda conseguir el embarazo en casos seleccionados.

La vitrificación de óvulos se presenta como la alternativa para preservar y planificar la fertilidad y ser madre después de un cáncer de ovario.

Esta técnica consiste en extraer y congelar los óvulos maduros para emplearlos en el futuro con la misma calidad del momento en el que fueron extraídos. La técnica es segura y rápida, tal y como te explicamos en este artículo sobre “en qué consiste la vitrificación de óvulos”, y permite mantener los óvulos vitrificados todo el tiempo que la paciente necesite y hasta superar su enfermedad.

Cáncer de ovario durante el embarazo: abordaje

El cáncer de ovario es una complicación poco frecuente durante la gestación. Sin embargo, cuando se produce, representa un problema complejo que requiere un manejo individualizado según la edad gestacional, el estadio y el tipo histológico del tumor, o los deseos genésicos de la paciente.

El principal objetivo siempre será minimizar los riesgos, tanto para la madre como para el feto.

La mayoría de los tumores detectados en el embarazo son benignos y suelen diagnosticarse por casualidad, al hacer una ecografía en el primer trimestre o porque la gestante manifiesta algún tipo de molestia o dolor.

Para saber si el tumor es maligno o no, se realizan diferentes pruebas, como la ecografía y la resonancia.

Tumores benignos

En el caso de los quistes benignos, normalmente no se interviene. Y es que, aunque fuera del embarazo suelen extirparse, durante la gestación no es necesario: lo que se hace es vigilarlos, actuando únicamente en caso de aumentar de tamaño rápidamente o torsionarse.

Tanto en caso de riesgo de torsión como en los llamados endometriomas, la operación se ejecuta por laparoscopia. La torsión, además de provocar fuertes dolores en la gestante, también puede hacer que los vasos que sustentan el ovario se colapsen y dejen de nutrirlo adecuadamente, siendo necesario extirparlo.

Tras la intervención, se administrará a la embarazada progesterona y/o uteroinhibidores para evitar el aborto o el parto prematuro

Tumores malignos

En el caso de aparición de un tumor maligno durante el embarazo, los médicos valorarán todas las opciones, incluyendo tanto la interrupción de la gestación como su prolongación, al menos hasta que el bebé pueda extraerse de manera segura.

Si la paciente desea continuar con el embarazo, se le realizará una operación para intentar eliminar la máxima cantidad de tejido tumoral y se le aplicará un primer ciclo de quimioterapia.

La quimioterapia podrá administrarse a partir de las 14 semanas sin que produzca grandes alteraciones en el feto.

Cuando nazca el bebé, se aplicará el protocolo quirúrgico correspondiente y el tratamiento de quimioterapia que sea necesario.

La vitrificación de ovarios se ha convertido en una de las técnicas más usadas para preservar la fertilidad femenina en mujeres que sufren cáncer de endometrio, cérvix u ovario. Si tienes dudas sobre este u otros temas relacionados con tu salud reproductiva, contacta con nosotros.