¿Qué es la fecundación in vitro?

La fecundación in vitro o FIV, se refiere a la unión de un óvulo y un espermatozoide, pero en un laboratorio. Por ello recibe el nombre “in vitro”, porque se realiza fuera del cuerpo de la mujer. Para que ocurra la fecundación (fusión del espermatozoide con el óvulo) se puede utilizar la técnica FIV tradicional o la ICSI (Inyección Introacitoplasmática de los espermatozoides). A excepción de la Inseminación Artificial, la fecundación in vitro es parte fundamental e imprescindible en cualquier tratamiento de reproducción asistida.

Para llevar a cabo un proceso de fecundación in vitro los pasos son los siguientes:

  1. Diagnóstico de problema y prescripción del protocolo personalizado a seguir
  2. Estimulación ovárica
  3. Punción ovárica o extracción de los óvulos
  4. Fecundación y Cultivo
  5. Vitrificación de embriones
  6. Transferencia embrionaria

El diagnóstico del problema, así como el estudio de la paciente va a determinar qué tipo de protocolo se va a seguir, cantidad de medicación, complementos necesarios, etc.

En la estimulación, a la paciente se le suministran unos fármacos con el objetivo de estimular los ovarios para que pongan a madurar el mayor número posible de folículos en vez de solo uno que sería lo habitual en un ciclo natural. Cuando los folículos han alcanzado el tamaño adecuado y están listos para ser liberados mediante un fármaco, se programa la punción ovárica que tiene como objetivo aspirar los ovocitos maduros para, inmediatamente, llevarlos al laboratorio de FIV.

Ya en el laboratorio de FIV, los biólogos y embriólogos proceden a la fecundación poniendo el óvulo en contacto con el esperma. Trascurridas unas 18 horas se podrá observar si la célula tiene 2 pronúcleos, lo cual indica que ha habido fecundación. Los días siguientes de cultivo los embriones van evolucionando y, el día 3 o el día 5 (si es se decide el cultivo a blastocisto), están listos para ser transferidos al útero de la mujer en un proceso sencillo llamado transferencia embrionaria.

¿Para qué casos se recomienda la fecundación in vitro?

La FIV representa una valiosa técnica para lograr el embarazo en una mujer cuando no ha sido posible por medios naturales. Sea por retraso en la edad de buscar la gestación, endometriosis, problemas en las trompas de Falopio, malformaciones uterinas u otras patologías, la FIV ha supuesto un gran avance en la vida reproductiva de las mujeres.

¿Hay algún límite de edad?

De acuerdo a la ley no existe un límite de edad, pero existe un consenso entre las clínicas de reproducción asistida españolas de no sobrepasar la edad de los 50 años para que una mujer se someta a un proceso de gestación asistida, ya que además de otras circunstancias sociales, un embarazo en esta edad es de alto riesgo.

¿Duele la FIV?

Un ciclo de FIV no es doloroso.  La punción ovocitaría se realiza en el quirófano y mediante sedación, aunque a veces se puede realizar sin recurrir a este tipo de anestesia. Puede que tras la punción la mujer sienta alguna molestia que pasará con un analgésico. La transferencia embrionaria tampoco debería ser dolorosa, en Equipo Juana Crespo damos mucha importancia a la transferencia, somos de la opinión de que si duele es que algo está dificultando este proceso que debería ser sencillo, fácil y realizado siempre en quirófano. En Equipo Juana Crespo es habitual que realicemos previamente una prueba de transferencia para asegurar que nada dificultará este momento tan importante. 

¿Qué dice la ley española sobre la fecundación in vitro?

La Ley 14/2006 establece el marco jurídico sobre Reproducción Asistida. Es considerada por el BOE como “un indudable avance científico y clínico” que “coadyuda a paliar los efectos de la esterilidad”. Esta ley ha sido pionera en Europa, siendo incluso referente para otros países.

Entre otras cosas, la ley menciona para optar a la FIV a “toda mujer mayor de 18 años y con plena capacidad de obrar podrá ser receptora o usuaria”. Esto se aplica tanto para mujeres solteras o parejas heterosexuales u homosexuales. Menciona además que se puede recurrir a la FIV por motivos como formación de una familia monoparental, e incluso por aplazamiento de la maternidad (congelación de ovocitos).