Nuestra andadura con vosotros empezó en diciembre de 2021, veníamos de varios años de lucha en otras clínicas de nuestra provincia, Asturias, muy cansados y desanimados, pero tras una primera visita con la Dra. Crespo disteis con el problema real y por fin nos arrojasteis luz.

Como otras tantas parejas no contábamos con encontrar tantas dificultades para conseguir el positivo. A mí me habían dicho siempre que estaba perfecta y acudimos por primera vez a una clínica de fertilidad simplemente porque mi pareja tenía una vasectomía y solucionado esto pensábamos que todo iba a ir sobre ruedas, pero nos equivocábamos.

Comenzamos con las pruebas básicas de fertilidad para mi y con una biopsia testicular para mi pareja, fue entonces cuando me detectaron miomas, pero la clínica en la que estábamos nos aseguraron que no eran un problema para quedarme embarazada. En esta primera toma de contacto nos sentimos engañados, ya que no nos hablaron con claridad, y por eso decidimos cambiar a otra clínica, también de la provincia.

En esta segunda clínica nos dijeron que los miomas habían aumentado, pero decidieron seguir adelante con el tratamiento igualmente. Conseguimos tres embriones, de los cuáles transfirieron uno con resultado negativo. El siguiente paso nos indicaron que era operar los miomas, ahora sí. Paralizamos entonces el tratamiento y esperamos a la intervención y otros seis meses para recuperarme del todo.

Pasado este tiempo realizamos una nueva transferencia con los dos embriones que nos quedaban. En este caso el resultado fue positivo, pero cuando fuimos a la eco era huevo huero. En ese momento se nos vino el mundo encima, me mandaron tomar unas pastillas vía vaginal para expulsarlo todo y fue horrible, lo pasamos muy mal.  Estuve expulsando restos durante mucho tiempo y haciendo ecografías de control, ya que en la clínica me aseguraron que con eso sería suficiente. Pero vino otra decepción, no logré expulsarlo todo y finalmente en agosto me hicieron un legrado, cuando el diagnóstico de huevo huero había sido en mayo. Perdimos un tiempo muy valioso y sentíamos que íbamos sin rumbo, pero ahí no sabíamos que lo pero estaba por llegar. Cuál fue nuestra sorpresa que en la primera revisión del legrado nos dijeron que tenía hidrosalpinx. A partir de ese momento quedamos totalmente desahuciados, no teníamos ni idea de qué hacer ni a donde ir.

Finalmente, y gracias a la recomendación de una amiga, decidimos poner kilómetros por medio y tener una primera visita en Equipo Juana Crespo. Fue la mejor decisión que pudimos tomar, en la primera visita ya teníamos un diagnóstico y una estrategia clara para conseguir el embarazo, sabíamos que no iba a ser fácil, pero nos devolvieron la esperanza.

Mentalizados y de nuevo con ilusión empezamos el tratamiento. Repetimos la punción, esta vez en Equipo Juana Crespo, y conseguimos un gran número de embriones de buena calidad que congelaron para el momento en el que estuviese preparada.

Cuando estuve recuperada del todo, en mayo de 2022, volvimos de nuevo a Valencia para someterme a una cirugía reproductiva para restaurar la fertilidad, me hicieron una salpingectomía mediante laparoscopia, y además me limpiaron otro mioma y otros procedimientos. En definitiva, dejaron todo perfecto para que los embriones que teníamos a buen recaudo tuvieran un lugar óptimo para implantarse. Después de esta cirugía me tomé unos meses de reposo para recuperarme y en septiembre volvimos a Valencia con las energías renovadas y con ganas de reencontrarnos con nuestros embriones. La primera transferencia terminó en beta positiva. Escribimos estas líneas con nuestra pequeña en brazos, jamás tendremos suficientes palabras de agradecimiento para este equipo, gracias a vosotros hemos conocido al amor de nuestra vida.