Las complicaciones para tener un hijo pueden ser muchas por distintos factores que, tras un estudio especializado y un tratamiento adecuado por parte de un equipo expertos, son solventados sin problema. Sin embargo, para algunas parejas, los miedos, la desinformación o, incluso, los prejuicios e injustos estigmas sociales pueden complicar que den ese paso que tanto añoran, dado que piensan que es inviable.

Es el caso de las parejas serodiscordantes, que recordamos en el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. Se trata de parejas en las que uno de los miembros es portador del virus VIH, para las cuales hay una solución que elimina cualquier posibilidad de transmisión tanto a la persona sana como al bebé. Para ello se deben considerar varios factores, como la carga viral de la persona portadora, que haya un tratamiento previo contra el VIH, así como un análisis adecuado y exhaustivo de todo el proceso por parte de un equipo compuesto por especialistas en virología y medicina reproductiva.

Hemos de insistir en la diferencia entre ser portador del virus VIH o tener SIDA. El VIH, Virus de Inmunodeficiencia Humana, es un microorganismo que ataca al sistema inmunológico de las personas, es decir ataca a las defensas haciendo que una persona sea más vulnerable a determinadas infecciones.

El SIDA o Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida, es el estadio más grave de la infección en el que las defensas se encuentran en niveles muy bajos y se manifiestan los síntomas de las infecciones “oportunisas”.

Cabe recordar que la actual atención mediante fármacos, principalmente antirretrovirales, ha aumentado muchísimo la calidad de vida de las personas portadoras, reduciendo los riesgos de transmisión y de desarrollo de la enfermedad, posibilitando que puedan ser padres y que se facilite la reproducción asistida.

¿Puede el hombre con VIH ser padre?

En el caso de que sea el varón el portador del virus, primero se deberá estudiar cuál es el porcentaje de carga de VIH. Los profesionales sanitarios determinarán mediante análisis de sangre y del semen cuál es la situación. En el caso de que sea viable, se procederá a una técnica de laboratorio de Andrología llamada “lavado de semen”, que permite separar los espermatozoides del resto del material seminal, en el cual se acumula la carga viral.

Cuando los espermatozoides son separados, se comprueba que efectivamente están libres de infección. A continuación, se da luz verde a la muestra para su uso en técnicas de reproducción asistida con riesgos muy bajos, tanto para una inseminación artificial o una fecundación in vitro convencional (FIV) como para una FIV con inyección intracitoplasmática (FIV-ICSI), dependiendo de las condiciones de la muestra de semen. Esta última técnica es la más habitual, debido a que, después del lavado, se reduce el número de espermatozoides disponibles y su motilidad, a lo que se suma positivamente que al seleccionar e introducir un único espermatozoide por ovocito, el riesgo de infección vírica es prácticamente nulo.

¿Puede una mujer con VIH ser madre? 

Es importante recalcar que, si la persona infectada es la mujer, debe poseer un buen estado inmunológico y su carga viral en sangre ha de ser muy baja para que el embarazo pueda llevarse adelante. En caso de no ser así, podrían aparecer complicaciones durante la gestación.

Para ello, antes de comenzar un tratamiento es necesario que la persona con VIH (sea la mujer, el hombre o ambos) aporte un informe de su médico en el que tendrá que indicar, entre otros datos, el estadio clínico-inmunológico, la carga viral, el tratamiento antiviral que se está llevando a cabo, etc.

A nivel reproductivo, la inseminación artificial es suficiente, si no existe ninguna causa de esterilidad, para evitar el contacto sexual sin protección, haciendo uso de semen fresco o lavado, en el caso de que el hombre presente el VIH.

Además, realizar un exhaustivo control del embarazo, recurrir al parto por cesárea para reducir al máximo el contacto de la sangre materna y fetal o no amamantar al bebé para no transmitir el virus a través de la lactancia materna serán las precauciones especiales que deberán tomarse durante el desarrollo de la gestación, el parte o la lactancia con el fin de evitar el contagio.

Así, las técnicas de reproducción asistida se convierten en una opción óptima en el caso de parejas serodiscordantes e incluso en aquellas en dos padres miembros son portadores del virus VIH como método para reducir mucho las posibilidades de transmisión.

Para más información: www.juanacrespo.es