El sobrepeso afecta negativamente a muchos aspectos de nuestra salud y la fertilidad puede ser uno de ellos. De hecho, la obesidad está catalogada como un grave problema de salud en la sociedad moderna y, en ocasiones, se relaciona directamente con los problemas que tienen muchas parejas para conseguir un embarazo (hasta en un 12% de los casos según algunos estudios).

Con motivo del Día Internacional de la Alimentación es importante saber qué papel juega en nuestras vida una dieta sana y equilibrada. Por ello, Equipo Juana Crespo, como expertos en fertilidad, nos gusta asesorar a nuestros pacientes sobre la importancia de la dieta. Y es que una alimentación equilibrada permite a hombres y mujeres estar más sanos, controlar el peso y aumentar las posibilidades de embarazo.

Aumentar la ingesta de frutas y verduras,  incluir alimentos ricos en fibra, reducir la cantidad de carbohidratos refinados, azúcares o grasas, disminuir el consumo de alcohol, e incorporar productos ricos en calcio y ácido fólico mejoran la fertilidad. En el caso de la mujeres, también se aconseja tomar más vitamina D (presente en la leche, los pescados azules o el huevo), ya que mejora las condiciones del endometrio que favorecen la implantación del embrión.

Sobrepeso e infertilidad

El sobrepeso y la obesidad están definidos por el Índice de Masa Corporal (IMC), un valor que correlaciona peso y talla y que se expresa en Kg/m2. Se considera que un individuo tiene peso normal (o normopeso) cuando su IMC se sitúa entre 20 y 25, sobrepeso entre 25 y 30, y obesidad cuando supera el 30.

En los hombres, el exceso de peso puede alterar la producción de esperma y disminuir la actividad de los espermatozoides. De hecho, la producción espermática puede disminuir hasta un 20 % (23% en los casos de obesidad mórbida). A veces el peso excesivo también se asocia con mayor fragmentación del ADN espermático, es decir, con una peor calidad del esperma.

¿Y qué ocurre en el caso de las mujeres? La relación entre obesidad y fertilidad femenina es evidente aunque no siempre es el factor definitivo para conseguir el embarazo. Sin embargo, el hecho de mantener hábitos más saludables, lo que incluye el ejercicio, la dieta sana y el control del peso, sí que repercute en mayores posibilidades de fecundación.

Por otra parte, el sobrepeso produce en la mujer alteraciones endocrinas y metabólicas que afectan a su ciclo menstrual negativamente. Además, las mujeres obesas suelen presentar más triglicéridos, glucosa e insulina en su organismo. Esto se traduce en una serie de problemas relacionados con el llamado “Síndrome de ovario poliquístico” (SOP).  Los ovarios de las mujeres con SOP liberan una cantidad de andrógenos (hormonas masculinas) demasiado elevada, lo que provoca, entre otros síntomas, aumento de vello facial o aumento de peso, además de reglas irregulares.

En mujeres con sobrepeso la fertilidad también puede verse comprometida por la aparición de otros trastornos hormonales, como el hipotiroidismo, que altera los ciclos menstruales, o por defectos en la Fase Lútea, cuando el cuerpo de la mujer produce grandes cantidades de progesterona para engrosar el endometrio y facilitar la implantación embrionaria.

Por último, las mujeres obesas generan muchos estrógenos. Los estrógenos son hormonas sexuales que se producen, mayoritariamente, en los órganos reproductivos, aunque también en otras partes del cuerpo como las células grasas. El exceso de estrógenos provoca alteraciones en la menstruación y puede causar el aborto espontáneo. Aunque la obesidad no es la única causa de elevación de esta hormona, puede influir en su desequilibrio, afectando directamente a la fertilidad femenina.

¿Afecta el sobrepeso en los tratamientos de reproducción asistida?

Sí. En los tratamientos de fertilidad, la estimulación ovárica puede verse afectada negativamente por el sobrepeso. Un estudio publicado en la revista Human Reproduction en 2014 reveló que los ovocitos de pacientes con sobrepeso y obesidad tenían menor tamaño y menores posibilidades de completar su desarrollo una vez han sido fertilizados.

La relación evidente entre nutrición/alimentación materna, regulación hormonal, calidad ovocitaria y desarrollo del embrión nos lleva a reflexionar sobre la importancia de tratar el sobrepeso y la obesidad tanto para conseguir el embarazo como para proteger la salud de la madre y de su hijo.

Alimentación sana para conseguir un embarazo

En Equipo Juana Crespo, como profesionales en el campo de la reproducción asistida, somos conscientes de la importancia de la alimentación para mejorar la fertilidad de nuestros pacientes, tanto hombres como mujeres.

Nuestro primer consejo es realizar una visita preconcepcional al ginecólogo antes de buscar el embarazo. Éste os dará las pautas básicas para empezar a controlar el peso gracias a la práctica de ejercicio y de una dieta más sana.  Reducir el consumo de alimentos poco saludables (procesados, azúcares, grasas, picantes) y aumentar el consumo de agua es clave. También lo es que las calorías procedan de alimentos sanos como verduras, frutas, proteínas magras o granos enteros.

Otros consejos de alimentación que pueden ayudarte a mejorar tu fertilidad son:

  • No se trata de comer más, sino de comer mejor para garantizar una ingesta de calorías suficiente. No importa cuántas veces se come, lo que importa es aquello que se come.
  • Mantén una buena hidratación, preferiblemente aumentando el consumo de agua, infusiones y zumos naturales.
  • Intenta cocinar los alimentos al vapor, al horno, a la plancha o al wok, y evita los guisos excesivamente indigestos y las frituras.
  • Frutas, verduras, carne, pescado, lácteos, granos, frutos secos,…la clave de la dieta sana es que sea equilibrada.
  • Elimina de tu dieta los alimentos procesados.
  • No te fies de las etiquetas como “light”, “sin azúcares añadidos” o “sano para el colesterol”
  • Lo que no debas comer no lo compres porque si lo tienes en casa, al final lo comerás y además, hasta que lo finalices.

Por último, recuerda que controlar la alimentación y el peso no sólo aumentarán tus posibilidades de embarazo: una vez hayas conseguido quedarte embarazada, habrás creado una rutina que evitará defectos congénitos en el bebé y que te ayudará a afrontar mejor los cambios que se producirán en tu cuerpo durante los siguientes meses.